Vall de Laguar

También conocido como “El barranco del infierno”, “La catedral del senderismo” o, quizás con más acierto, el “Valle de los 6000 escalones”,  fue una de las rutas más duras que realizamos la última temporada con sus 845 m. de desnivel acumulado.

Esta ruta está considerada como una de las más bellas de España junto al Valle de Ordesa (Pirineos) y la ruta del Cares (Picos de Europa).

Es 10 de abril, primavera, la mejor época para hacer este recorrido y deleitarnos con la floración de los cerezos y el matorral mediterráneo. Y, si hay suerte, ver alguna ocasional cascada.

Este itinerario circular (PR-CV 147) tiene su inicio y final en Fleix, un pequeño pueblo de la provincia de Alicante y al que tardamos en llegar alrededor de dos horas y media desde Cartagena.

Tras tomarnos un café damos comienzo la andada siguiendo las indicaciones del camino, perfectamente señalizado. Sin muchas prisas, haciendo muchas fotos y disfrutando del paisaje.

Es una ruta no apta para debutantes y que requiere cierto esfuerzo, altamente recompensado por la belleza de sus rincones y paisajes.

(Extraído de la Guía de Senderismo de la Provincia de Alicante):

“Iniciamos el recorrido en el aparcamiento aledaño a las Escuelas de Fleix, a la salida del pueblo, junto a unos carteles indicadores del PR. Nos dirigimos por la carretera que lleva a Benimaurell. Unos 70 m. más adelante veremos un camino asfaltado que se desvía por la derecha.

Tomamos ese camino que nos lleva a la Font Grossa y su pintoresco lavadero.

Apenas 100 m. adelante, debemos estar atentos a tomar el sendero, entre unas higueras. Aquí empieza esa maravilla del senderismo que es la senda de los escalones de piedra. El sendero baja serpenteando hasta llegar al Forat de la Juvea, que permite bajar hasta el fondo del barranco. Tras pasar el forat, agujero excavado en la roca, podremos observar el espectacular Barranc de Salt, y su larga cascada que se forma en época de lluvias abundantes. Cruzamos el barranco del Salt, con algunas pozas, y seguiremos el descenso hasta el pedregoso y seco cauce del río Girona que conducía al abandonado pantano de Isbert.

Seguimos de frente, y al otro lado del cauce seco empezaremos el ascenso. Los escalones de piedra serpentean en subida, haciendo múltiples zetas y nos trasladan, tras algún rellano y más zetas, a una balsa y una casa en el lado izquierdo. Un poco más adelante llegamos al Pou Juvea, un antiguo pozo cuya agua se utilizaba para beber, abrevar caballerías y el ganado, y a su vez, para regar las hortalizas de la zona.

Tras el Pou Juvea, desaparece la senda y giramos a izquierda, por un camino que, tras un colladito (no tomar el sendero que aparece a izquierda, seguir a derecha), pasa junto a un pequeño núcleo de casitas, llegando de inmediato a un cruce. Una señalización vertical nos indica que debemos girar a izquierda, hacia otro bloque de casas, presidido por una enorme carrasca. Este conjunto de casas se conoce como las Juvees del Poble d’Enmig.

En las casas tomaremos la senda que transcurre por el lado izquierdo de la carrasca y dejando a la izquierda un viejo aljibe. Enfrente son visibles los estratos de calizas tableteadas. El sendero vira a la derecha y, tras pasar bajo unos extraplomados, nos deja en la Font de Reinós.

La vegetación es la típica de lugares húmedos (juncos, culantrillo de pozo, olmos, etc.). La senda baja, hace un giro en el sentido de las aguas del barranco y termina por descender a su cauce pedregoso.

El Barranco del Infierno es un lugar muy atractivo para los amantes de los deportes de riesgo y nunca se debe recorrer en solitario, requiriendo el uso de técnicas de escalada como el rápel. Nosotros seguimos nuestro camino y nada más llegar al barranco, giramos a derecha por su cauce, buscando las señales de PR que unos cien metros aguas arriba nos llevan a abandonar por la izquierda el cauce del barranco. El sendero empieza a subir buscando, sin posibilidad de pérdida, las casas de las Juvees del Poble de D’Alt, a las que llegamos tras un largo ascenso. Allí hacemos una parada para observar sus construcciones típicas de piedra, un pozo y una singular era para aventar la mies.

Antes de llegar a las casas, el sendero hace un gran giro a derecha, terminando en un collado. Tras pasar unas ruinas de casa a la izquierda, aparece un nuevo sendero de escalones, por el que bajaremos hasta el Barranc de Racons.

El nuevo sendero de escalones va descendiendo por un barranquillo, dejando en su otra vertiente una llamativa y gran casa de piedra; más tarde hay que tener cuidado para no tomar un sendero menor que sale a la izquierda. El sendero desciende hasta llegar a un lecho pedregoso.

Caminamos unos segundos aguas e iniciamos un nuevo ascenso, siempre por escalones. Cuando aparece una bifurcación, tomamos la de la derecha. El sendero sube y sube, serpenteando mientras salva unos impresionantes cortados hasta alcanzar su cota más alta, ofreciendo antes unas impresionantes vistas sobre el camino recorrido desde las Juvees del Poble de D’Alt.

Perdidas las vistas al Barrancs de Racons, aparecen las vistas de Benimaurell, llegamos a unos campos de cerezos y almendros y terminamos por salir, ya sin escalones, a una carretera asfaltada junto a un cartel informativo del sendero que, girando a la izquierda, nos lleva encima de la Font de albis.

Dejando la fuente, continuamos por la carretera a Benimaurell, cuyo núcleo urbano atravesamos por las calles de la izquierda. Siguiendo las señales de PR llegaremos hasta la Font de Benimaurel y, un poco más abajo, a su coqueto lavadero.

Estamos en el antiguo camino real que unía Benimaurell y Fleix. Pasamos ahora por tierras de cultivo, regadas por las aguas de la fuente convertidas en arroyo, y llegaremos nuevamente a la Font Grossa, para dirigirnos a Fleix y terminar esta excursión de ensueño.”

Recorrido: 14,300 Km.

Desnivel acumulado: 845 m.

Cota máx.: 594 m.

Duración: 6 h.

Descarga aquí la ruta para Google Earth.